Extendiéndose a lo largo de las aguas cristalinas del mar Adriático, Croacia es adorada por sus hermosas playas, impresionantes parques nacionales y famosos hitos históricos, como el soñado casco antiguo de Dubrovnik, famoso por su inmortalización en la famosa serie de televisión Juego de tronos. Zagreb, la capital, también alberga una serie de lugares de interés histórico, que van desde mansiones reales hasta iglesias ornamentadas e impresionantes galerías, y es conocida por su vibrante cultura, aunque es la costa dálmata y sus numerosas islas las que enamoran a los turistas. Calas de arena blanca, aguas cristalinas y acantilados de piedra caliza hacen de esta región una visita obligada en un viaje a Croacia.
En la encrucijada entre el sur y el centro de Europa, Croacia tiene su propia cultura. Emergiendo de Yugoslavia en 1991, se ha mantenido como un destino de viaje fuera de lo habitual hasta hace relativamente poco. Desde el impresionante Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, un mundo mágico de cascadas y lagos, hasta el paraíso junto a la playa de Split y la ciudad amurallada de Dubrovnik, Croacia tiene un gran impacto tanto si anhelas un descanso en la playa como si buscas un recorrido turístico lleno de acción.
Unas vacaciones en Croacia abren una mezcla heterogénea de sitios patrimoniales, como el de la elegancia austrohúngara de Zagreb y el esplendor romano de Pula. Diversa, deslumbrantemente hermosa y deliciosamente asequible, un viaje a Croacia debería estar en tu lista de destinos que visitar.
Historia de Croacia
Croacia tiene una historia compleja, ya que ha estado bajo la influencia de muchos imperios y reinos diferentes a lo largo de los siglos. Su rico legado histórico se mantiene vivo hoy en su gran cantidad de sitios Patrimonio Mundial de la UNESCO y monumentos antiguos, que son puntos destacados en un los circuitos por Croacia.
En la antigüedad, la costa de Croacia estaba habitada por colonias griegas, especialmente en las islas de Vis y Hvar, antes de incorporarse al Imperio Romano. Reliquias como el mágico Palacio de Diocleciano en Split, un punto culminante de cualquier viaje a Croacia, dan testimonio de este periodo en la historia de la nación. Los croatas, un pueblo eslavo, llegaron en el siglo VII, se expandieron tierra adentro desde Dalmacia y establecieron dos estados croatas separados, Panonia y Croacia. En 925, estos dos ducados se unieron para formar el Reino de Croacia, bajo su primer líder, el Rey Tomislav. Este reino recién fundado entró en unión con el vecino Reino de Hungría en el siglo XII, adoptando muchos aspectos de la cultura húngara y el feudalismo. La Edad Media se caracterizó por las luchas por el control del Adriático con la República de Venecia al otro lado del mar, y las crecientes amenazas a la soberanía del reino por parte del creciente Imperio Otomano. En el siglo XVI, los otomanos controlaban gran parte de Croacia y conservaron su poder en la región hasta su derrota en la batalla de Petrovaradin en 1716.
Después de la Primera Guerra Mundial, Croacia se fusionó con el Reino de Yugoslavia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la nación, ocupada por los poderes del Eje, se convirtió en un estado títere respaldado por los nazis. Este fue un momento oscuro en la historia de Croacia, ya que se promulgaron muchas leyes raciales, en línea con las vigentes en la Alemania fascista.